miércoles, 24 de julio de 2013

Servicio meteorológico


Puedo atinar un pronóstico con sólo mirarme en el alma.
Digo alma y no espejo, porque el muy mentiroso siempre me muestra entera y de pie. Confieso que atino y no que acierto, porque aquella es insostenible, volátil, devaluable, densa, asfixiante. Mutable.
Descubrí que el atajo hacia mi alma está inmerso en un bosque tupido de árboles desamparados, poblado por los corceles fantasmas que se reflejan desde las manchas de humedad del cielo raso.
Puede ser un día de hormigón, de pupila oculta tras las nubes que derrapan en los lagrimales, y que indefectiblemente llueven raudas sobre los prados aledaños, áridos de caricias. Un día de cemento y lodazal, de árboles sedientos que arden de impotencia y duelen en cada latido si cierro los párpados.
Puede ser una jornada de surcos oreados al sol de algún recuerdo que no pestañea, para no llamarte desesperadamente en código Morse. Corro el riesgo de que te desvanezcas en alguna ochava de la mente si me muevo demasiado, y corro la certeza de que no vengas.
Podría atinar un pronóstico si lograra divisarme en el alma.
Hoy hay demasiada neblina, imprecisión, huecos. Hoy no me acechan los pantanos, hoy no flamean las crines.
Pero tampoco distingo los árboles.

Caro García



Caro García me envió hace días esta foto, a partir de la cual escribí el micro Perdido. Esta es su propuesta, que hoy publico yo en mi blog, a la espera de que ella abra el suyo propio ;-)
Gracias, Caro.


6 comentarios:

  1. No puedo hacer más que agradecerte. Por lo demás, ya te lo he dicho todo.
    ¡Gracias, Analma, gracias!

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    1. Caro, muchas gracias por venir de visita, y por la foto, y por la amistad.
      Es un placer tenerte por aquí.
      Besos y abrazos

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  2. Precioso. El alma, te esta rodeando, porque es todo un mundo Caro. Un placer leerte.

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    1. Gracias, Miguelángel. Si la dueña de casa me lo permite, voy a dedicarte estas líneas, para agradecerte por tomarte el tiempo de leer un texto intruso, y comentarlo, y regalarme una esquirla de felicidad que no voy a remover. El placer es mío, y recibo tu "precioso" y tus palabras con los brazos abiertos. Un abrazo muy fuerte para vos también.

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  3. ¡Cuánta amargura! Caro, excelente la manera de escoger cada palabra para hacernos sentir tan "desgraciados" como este personaje con su propia existencia, con esa ausencia, con ese dolor.

    Cuando el alma duele, el cuerpo no es cuerpo sino otra materia y muy volátil.

    Abrazos.

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    1. Nicolás, qué rara la sensación de recibir un comentario de alguien a quien yo supe elogiar. No tenés idea de lo hermoso que es este gesto tuyo para mí.
      Me encanta la manera en que explicás los sentimientos del texto, concuerdo totalmente. Y sobre todo, con la oración final: "Cuando el alma duele, el cuerpo no es cuerpo sino otra materia y muy volátil". Me alegra haber transmitido el dolor de la soledad con claridad, por lo menos para vos.
      Gracias, Nicolás, muchas gracias por esta alegría. Un abrazo enorme.

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Si quieres, deja tus huellas al andar por mi casa.

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